Si me preguntara el tiempo
a dónde querría ir, respondería
sin dudar me posaría en el viento
que me arrastrara a la cercanía.
De un corazón siempre abierto
al amor de primavera en abril
me lanzaría en besos de concierto
y vencería la oscuridad en un candil.
Arrebataría hojas de otoño
para entrelazarte de colores vivos
donde el amor fuese retoño
y el alma se inunde en líos.
Por las noches me escaparía
entre arbustos sigilosos
cuando la luna fuese compañía
y te abrazacen mis labios carnosos.
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