Adiós a ti ciudad de fuentes y lecturas
mi amada camina agitada al encuentro
mientras éste automóvil que yo no conduzco
viene a su encuentro entre silencios
que marcan con ella la más bella travesura.
Me dejas casita de barro
cómplice de instantes dulces
pagada con el salario de fatigas
amiga de tardes y noches en vela
casita de descanso y del deseo.
Llora y llora lágrimas de despedida
fuente de inmensas gotas adoloridas
ahora que una partida se hace inminente
llama y llama a gritos fuertes
el corazón de mi alma confundida.
Calles frecuentadas por multitudes desconocidas
rincones que abrigaron nuestro frío invierno
libros que marcaron entorno a la mente
para hacerlo todo cada vez más tierno.
Dejar atrás una hermosa ciudad que te abraza y que te acoge, es también una pequeñita herida en los sentimientos, cuando te has sentido siempre bien, en tu ambiente.
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