martes, 22 de mayo de 2012

DOMINGOS DE OTOÑO

Vendo mi soledad de domingo en la tarde
presto mi fuerza a mis pasos solitarios
alquilo éste frío otoño que evita el verde
compro una lámpara que alumbre mi armario.

Compro un kilo de afecto y un caudro de luz
presto sonrisas para utilizar en la indiferencia festiva
contrato voces que hagan ruidos
a segundos por depresiones.

Caliento mi alma en los paisajes
fríos de éste tiempo
protejo mi cuerpo de éstas
frías palabras que cruzan las calles
abrigo las miradas que cruzan mis ojos.

1 comentario:

  1. En ciertas ocasiones,los domingos en el atardecer durante el otoño, encierran en medio de la oscuridad y el frío, un poco de tedio y malestar.

    ResponderEliminar