Busqué entre tus células tu alma
para robarte lo que tanto amo en tí
y no me destrozó tu calma
ni tu piel que con amor palpé.
Busqué entre tus líneas satisfacer
el corazón que busca senderos
y a ratos para enloquecer
con amores no pasajeros.
Me detuviste en el lugar más lindo
para anunciar la exquisitez en ti
del vientre que reclama un rito
y ahora en la distancia me hizo sufrir.
Me atrapaste donde nunca imaginé
y me lanzaste entre las olas
de lo que yo no arrebaté
y mi alma al acecho robó.
Ahora eres una bella flor lejana
y tu vientre una soñada y tierna almohada.
Jesús Hernando Camacho Mosquera.
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