Quién compite con el amor más grande
cuando con ternura decide arrebatar
al corazón entregado y gigante
de alguien que a toda fuerza decide amar.
Te robó el cielo a pasos ligeros
mientras corrías por bellas capitales
iluminando con sonrisas y enojos
el deseo de bellos amores maritales.
A quién pueda la historia cobrar
éste tiempo de lindos paisajes
de tu cabellera hermosa al brillar
entre la París en bellos carruajes.
Por qué si aún deseabas escribir
con tu linda muñeca estrenar
las flores más bellas de tu existir
ahora el cielo no pudo esperar.
Te robó el cielo del amado
con quien nadie puede competir
ni siquiera el cielo estrellado
y ahora tu ausencia hace sufrir.
(Jesús Hernando Camacho Mosquera)
Las ausencias no apagarán jamás el amor. Es una rebeldía del corazón a estar presente en la historia del (a) amado(a).
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