Los días y las noches no rompen
ni su silencio ni las ausencias
tampoco las buenas nuevas irrumpen
ni crecen ni reverdecen las acacias.
Se te olvidaron los caminos
que traen a mi terruño
tu presencia entre trinos
de pájaros sin engaño.
Se pasaron las horas sin llamadas
de sorpresas y canciones
con sensaciones atadas
al alma llena de razones y emociones.
Se te olvidó extrañarme en tu regazo
en las caricias y las risas del otoño
entre la oscuridad de mis recuerdos
y la soledad de éste campo.
Se te olvidó el aroma de mi tierra
los senderos cultivados
que dirigen tus pasos a mi sierra
y que mis ojos al verte quedan cautivados.
Olvidaste mi piel y mi perfume
mis dudas y mis confusiones
abrazaste los recuerdos en arrume
y me manchaste de ilusiones.
Evocar la memoria en el amor, es hermoso síntoma que acaricia el corazón.
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