Te miro en la esquina
ausente a mis sentimientos
tu presencia aún mezquina
presente en mis pensamientos.
El ruido de tu silencio
hiere amargamente dentro
la plenitud de tu espacio
me trae un lamento.
La distancia y la cercanía
se mezclan entre colores
ahora que tu lejanía
trae consigo tus olores.
Cómo no extrañarte tanto
si la mañana es solitaria
cómo no llorarte tanto
si me abraza la Araucaria.
Te miro en la oscura noche
ahora que el tiempo pasa
las horas en derroche
y dulces como pasas.
La contradicción en el alma, es un indiscreto visitante.
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